Superación personal

La grandeza de los atletas

La grandeza de los atletas

“Si tus sueños no te aterran, es porque todavía estás soñando muy abajo. Sueña hasta que te tiemblen las piernas”. 

-Daniel Habif

¿Qué es lo que hace grande a un atleta? Lo que lo diferencia de las personas que viven el día a día sin ningún tipo de actividad física, no es que sean mejores personas o los consideremos dioses, son seres humanos comunes, pero con una mentalidad entrenada, ¿a qué me refiero con esto? Cuando tus objetivos son claros, el proceso para llegar a ellos se basa en disciplina, constancia y paciencia. Es muy claro que para obtener algo hay que esforzarse, mantener el ritmo y esperar el tiempo necesario para obtenerlo.

Todas las personas soñamos con algo, algunos anhelamos tener una casa, otros un buen auto o viajar a donde se nos plazca y eso nos motiva a trabajar duro y a esforzarnos el doble. Pero cuando comienzas a tener problemas en tu trabajo, familiares o por distintas circunstancias tus sueños cada vez se ven más lejos de la realidad, es cuando se pierde la motivación y dejamos de esforzarnos.

Tom Daley, medallista olímpico.

A veces nos cuesta aceptar que para llegar a nuestro más anhelado sueño, es necesario equivocarnos, perder cosas o personas, enfrentarnos con las barreras incómodas y salir de nuestra zona de confort. El problema no es fracasar en algo, es como lo tomamos y aprendemos de eso. Si no tomamos el aprendizaje de la derrota, nunca vamos a alcanzar los objetivos.

Un gimnasta, por ejemplo, al entrenar puede llevarle semanas realizar una voltereta lateral con salto exitosa, pero eso mismo lo motiva a esforzarse y concentrarse más para que cada vez esté más cerca de conseguirlo. Un nadador profesional, puede estar meses entrenando para superar la marca del año anterior y eso mismo es su motivación

Una mentalidad competitiva implica estar muy motivado para ganar, pero sin miedo a perder. Para ello, la motivación debe venir de la lucha, del proceso.

Lionel Messi, futbolista argentino.

Los estudios de Carol Dweck de la Universidad de Stanford plantean dos tipos principales de mentalidad: Mentalidad de Crecimiento y Mentalidad Fija.

Con una Mentalidad Fija, ves tu talento como una cualidad estática que va a cambiar poco o nada. Te identificas con él. Es tu esencia. Lo que te define. Tienes más interés en demostrar tu talento que en desarrollarlo.

Con una Mentalidad de Crecimiento, ves tu talento como algo dinámico, en constante desarrollo. No te identificas con él porque siempre está cambiando. La motivación viene del proceso, de la mejora.

La mentalidad empieza a cambiar cuando el deportista percibe que para su entrenador lo más importante es que aprenda y evolucione, no sólo que se esfuerce o gane.

Existen muchos deportistas que han hecho historia y son leyendas para sus países. Su fama o dinero, es lo menos aplaudible, lo más interesante de cada uno de ellos es poner en retrospectiva su historia y entender cómo enfrentaron todas las dificultades para llegar a donde están ahora.

Es por eso que los admiramos, no cualquiera se arriesga a dejar su familia, sus costumbres, sus miedos o manías por lograr sus sueños.

La mente de un atleta de alto rendimiento es muy distinta a una persona que no realiza si quiera alguna actividad física. No es solamente cuestión de adquirir un cuerpo bien trabajado, es la capacidad de motivación, compromiso y como lidian contra las distracciones y acontecimientos inesperados.

Su ritmo de vida es aún más complicado y admirable, porque además del riguroso entrenamiento, la alimentación, horarios, horas de sueño son parte esencial de su vida diaria.

Los atletas no son más que personas extraordinarias que nos demuestran día a día como un nivel de compromiso propio puede hacernos mejorar por nuestra salud, crearnos felicidad y cambiar a una mente perseverante.

La importancia de los aspectos psicológicos en los atletas olímpicos es sustancial para obtener los resultados esperados; la preparación mental es indispensable, así como una buena relación con sus entrenadores.

Al ver por televisión los Juegos Olímpicos, sentimos emoción y cierta adrenalina por ver a los deportistas de nuestro país jugándosela por todo, algunas veces hasta los juzgamos cuando no logran obtener el número de medallas esperadas. No nos ponemos a pensar, cual es la sensación que están teniendo ellos en ese momento; si ya se distrajeron, sienten miedo o si la presión es demasiada.

Michael Jordan, el mejor jugador de baloncesto de la historia.

El nivel de presión para un atleta olímpico es dimensional, a veces ni siquiera es por ellos mismos, es mucha responsabilidad cargar el peso de un país, que quizá ni los apoya como debería. Pero aún así, ellos están ahí.

Cuántas personas comunes podríamos si quiera representar un poco de lo que hacemos ante el mundo. Cuántas estaríamos dispuestas a enfrentar nuestros miedos, cuántas podríamos aceptar las duras críticas, cuántas podríamos aguantar no haber obtenido la medalla de oro por una décima de segundo y cuántas más podríamos levantarnos cada mañana y ser mejores.

No es fácil. Por eso el deporte crea personas con un enfoque distinto de la vida, el crecimiento mental se acelera más rápido en los atletas. Y esas son personas a las que hay que admirar, a las que nos dan motivación y nos inspiran.

No son muchas las personas que logran esto, cuando comienzas a cambiar ciertos hábitos, lo reflejamos ante el mundo y eso puede ser una inspiración para los demás.

Y esa es la grandeza de los atletas, eso es lo que marca la diferencia entre las personas. Ellos nos enseñan a correr riesgos, aceptar las críticas, conocer nuestras debilidades, esforzarnos cuando aún tenemos miedo, comprometernos, ser decididos, aceptar las derrotas y aprender de ellas.

Cuántas personas pueden decir que ya cumplieron su sueño, que les costó mucho tiempo llegar ahí, pero lo hicieron. No nos conformemos y salgamos día a día a buscar eso que tanto anhelamos. Hoy es el día.

Es por eso que los admiramos, no cualquiera se arriesga a dejar su familia, sus costumbres, sus miedos o manías por lograr sus sueños.

La mente de un atleta de alto rendimiento es muy distinta a una persona que no realiza si quiera alguna actividad física. No es solamente cuestión de adquirir un cuerpo bien trabajado, es la capacidad de motivación, compromiso y como lidian contra las distracciones y acontecimientos inesperados.

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