Quizá alguna vez has escuchado sobre la respiración consciente, puede ser que sepas de qué trata, tengas alguna una noción o ni siquiera lo hayas escuchado. Lo que todos sabemos, es que dependemos de la respiración para vivir, así como cualquier otro ser vivo. Pero, ¿cuál es la diferencia entre la respiración y la respiración consciente? La única diferencia es la atención que le prestas a tu cuerpo en ese momento.
La respiración es básica, pero sus funciones van más allá de oxigenar nuestro cuerpo, cuando estamos conscientes de ella, podemos llegar a sentirnos relajados, atentos, inspirados, motivados e incluso de un mejor ánimo. Esto no es algo nuevo, en países del Oriente, se ha utilizado la respiración como herramienta clave para la meditación, el yoga y otros deportes.
¿Por qué en la actualidad ha tenido mayor relevancia? Nuestro estilo de vida es agotador, la vida es más cara, hay mayores responsabilidades y poco descanso. Lo que ocasiona que nos sintamos enojados, tristes, estresados o frustrados la mayor parte del tiempo.
Hacemos cada actividad de nuestro día a día sin darnos cuenta lo que está pasando en ese momento. Por eso, entre más crecemos el tiempo se pasa más rápido, porque nuestra percepción del tiempo cambia cuando le prestas atención y cuando no la notas.
Beneficios:
- Regula el cortisol: Cambiar conscientemente la forma en que respiras envía una señal al cerebro para ajustar la rama parasimpática (descanso y digestión) del sistema nervioso; por lo tanto, cada exhalación consciente que tomas disminuye la frecuencia cardíaca y activa el sistema de calma.
- Mejora la digestión: La respiración consciente con una exhalación alargada es más conocida por su capacidad de aprovechar la vía parasimpática del sistema nervioso autónomo.
- Baja la presión sanguínea: La respiración consciente realizada regularmente es la técnica más antigua y mejor conocida para reducir el estrés y, por lo tanto, para mejorar la presión arterial.
- Mayor conciencia: Implementar un ritual de respiración diaria en tu rutina, te ayudará a sentirte más en control sobre las decisiones que tomas.
- Regulación emocional: Respirar de manera consciente, controlando el ritmo y la profundidad, ayuda a la mente a enfocarse en el propio cuerpo, lo cual te permite anclarte en el presente y serenarte.
Cuando respiras consciente todo parece ser más lento. Sabes que estás en un espacio, notas cada detalle, cada olor, cada sonido y te vuelves más atento a lo que sucede en ese momento. No hay distracciones, eres tú y lo que te rodea. Cuando la practicas constantemente, tu atención en la vida diaria puede mejorar.
Solemos pensar muchas cosas a la vez, estábamos haciendo algo y ya estamos pensando las siguientes actividades a realizar sin todavía iniciarlas. Nuestro cerebro se satura de pensamientos, nuestras neuronas están todo el tiempo trabajando sin descanso. Y de repente olvidamos lo que estamos haciendo, nos confundimos y sencillamente no podemos con tanta información.
No lo notamos y no entendemos porque no prestamos atención a las cosas, si estamos pensándolo todo el tiempo. Pero lo que se nos olvida, es que le exigimos tanto a nuestro cerebro que cuando le pedimos hacer algo tan simple, le cuesta trabajo entenderlo y hacerlo. Porque lo saturamos, le exigimos que se concentre en el pasado, el presente y futuro al mismo tiempo. ¿Acaso somos robots?
Si te das cuenta que tus pensamientos son muy repetitivos, demasiados y abrumadores, podrías presentar síntomas de pensamientos obsesivos compulsivos y es necesario que acudas a un médico especializado para un correcto diagnóstico y un tratamiento oportuno.
Pero en caso que tus pensamientos solo te estén distrayendo de tus actividades cuando estás en tus estados más vulnerables, intenta practicar los siguientes ejercicios:
Técnica 4-7-8:
- Cierra tu boca e inhala el aire a través de la nariz. Cuenta hasta cuatro.
- Aguanta la respiración durante siete segundos.
- Espira completamente el aire de tus pulmones durante ocho segundos Es importante realizar un sonido/soplido que puedas oír.
Respiración abdominal:
- Coloca una mano en tu pecho y otra en la barriga, inhala profundamente por la nariz, asegurándote que el diafragma baja (hinchando la barriga)
- Procura que sea la barriga la que se mueva, no el pecho. El objetivo es realizar de 6 a 10 respiraciones lentas por minuto.
Olvidamos que lo único que debemos hacer es vivir, no es una tarea tan difícil. Si deseas estar más tiempo vivo, respira consciente y disfruta cada segundo. Verás que todo se trata de perspectiva.